¿Cómo es que el tiempo es infinito?

8:46

Queremos más tiempo del que seguramente tendremos (Alerta de que me puse filosófica).


No nos damos cuenta que de tiempo e historias en el tiempo está compuesta la vida. De la simple y regular fluencia de instantes sucesivos.


Siempre hemos intentado ganar en la carrera contra el tiempo. Es un enemigo en más cosas que en las que es un amigo. Es limitado. Lo que significa que creyendo que podemos hacerlo todo, al final quedan cosas pendientes.

Buscas mantenerte joven por más tiempo del que nos fue dado. Desafías el tiempo y con éste, a la realidad misma.

Envejecer tiene un significado negativo: el paso del tiempo es vivido como derrota, como humillación y, sobre todo, con una connotación de pasividad, de asunto inevitable, irremediable: envejecer es vivir cronológicamente el tiempo.

Madurar tiene una connotación positiva: es un modo de vivir el tiempo que tiene que ver con el crecimiento, con la plenitud, con el sentido.


Entendemos que tenemos nuestros días contados. Que el tiempo se nos acaba. Y que contra esto nada podemos hacer.

En primer lugar, sólo el hombre, vive el tiempo. Se podría decir que el hombre es el único animal finito, porque es el único que lo sabe.

Sabemos que estamos hechos de historias. Que nuestros tres tiempos concluyen en nosotros. Que somos lo que se esperó o al menos, lo que se tiene.

La duración media previsible de la vida no es para ti una circunstancia sino que forma parte de tu definición; con arreglo a ella organizas tu vida. El hombre se entiende a sí mismo a la luz del hecho de que su vida está medida en el tiempo; sabe que va a vivir unos ochenta años y de acuerdo con este dato proyecta su vida.

El problema es que lo da por hecho. Y vivimos para lograr mañana, no para ser hoy.

Somos entonces, seres de memoria. Somos personas reales a partir de nuestras experiencias y de las personas que nos formaron. De todas las que se involucraron tanto que en cierta manera, te hacen quien eres.

Ser de memoria significa que el pasado no ha dejado de existir, no se ha evaporado sin dejar rastro, no es algo clausurado y olvidado, sino algo que de algún modo gravita en el presente, lo condiciona y lo configura; de un modo real, en el hoy está presente nuestro pasado.


De que somos una consecuencia. Y no una causa. Pero que significamos más que eso.


De que tenemos días para ser. También años. Pero a veces sólo minutos. Sea cual sea la escala de tiempo, lo tienes. Si hoy estás leyendo esto, lo tienes. ¿Eres consciente que es el mejor regalo que alguien te puede dar?

Su tiempo es tan valioso como el tuyo. No te enorgullezcas en decir que alguien te dio su dinero o alguna otra cosa igualmente insignificante. No hay orgullo más grande que el que el produce que alguien te dé su tiempo. Que decida gastarlo contigo. Porque entonces eres importante. No tienes que serlo para todo el mundo. Con una persona tienes más días de los que seguramente obtendrás.

También en la vida de cada persona se da esa relación indisoluble entre pasado, presente y futuro. Todo aquello que hemos vivido permanece en nosotros de dos maneras.


Una primera, como anotaciones en el registro vivo de la memoria. La memoria es tu tiempo acumulado, que se puede expandir, revisar, revivir y volver a guardar. Pero también eres remordimiento, dolor, nostalgia, alegría, sufrimiento por una vida mal perdida, la serenidad por una vida lograda... Todo eso es lo que también somos.

Una segunda manera, menos evidente a primera vista pero igualmente real, es entender que yo mismo tal como soy, es el registro más preciso y certero de mi biografía. Lo que soy ahora es fruto y resultado de todo mi pasado: soy todo lo que he sido. Somos también, como consecuencia, resultado de las posibilidades descartadas, de todo aquello que pudimos ser y no quisimos, eso que a veces suscita en nosotros la nostalgia.

Eres lo que haces. Pero también lo que no haces. Porque te limita. Te define.


Entiende que el tiempo lo es todo. Que no haces nada sin él. Y que aunque es limitado puede ser infinito, sin que esto signifique entonces que es absurdo. Porque no lo es. Porque el reloj te muestra los minutos limitados a una aguja que gira pero las historias trascienden cualquier límite de tiempo.

Eres un resumen. Una muestra pequeña de lo que has sido en el tiempo. De las cosas que viviste. De las decisiones que tomaste. De lo que te hizo daño y dejó una cicatriz. De lo que te hizo sonreír.

Y como eres hoy lo que fuiste ayer, mañana serás lo que eres hoy.


Por eso no existen los finales. Porque aún y cuando llegue tu muerte, existirá un mañana. De ti depende quedar en el mañana de las personas que te acompañaron en vida.

Recuerda que tienes un propósito importante y que debes cumplirlo. Cada día que pasa te vuelves historia. Tu tiempo se agota. Invierte más en lo que te permitirá quedarte y menos en lo que te resta vida.

No te empeñes en correr. No hay a dónde escapar. Sé consciente que dejarás cosas por hacer. Y acéptalo. Debes priorizar y enfocarte en saber qué quieres lograr. Y en quién.

Las personas se van. Su tiempo se acaba para siempre o sólo contigo. Date cuenta que a lo largo de la vida las personas irán apareciendo. Pero te irán dejando. Y aprende a vivir con eso. Quien siempre queda contigo eres tú mismo.

Hay infinitos más grandes que otros infinitos.


Así que regala tiempo y quédate en las personas que se vayan. No puedes hacer nada más extraordinario por alguien que darle más números de los que seguramente tendrá en toda su vida.

Da un infinito en días contados. Quédate. Deja el miedo atrás. Y permite que otros te den el suyo. Porque te están regalando lo más valioso que tienen.

You Might Also Like

0 comentarios

Posts + Populares

Sígueme en Facebook

Estoy en Twitter