La Escuela de la Vida (LEV) o de cómo perdiste más que el tiempo en el colegio

21:44

El mundo ha cambiado. Pero queremos creer que seguimos en la misma sociedad de hace 20 años en la que todo lo que querías hacer con tu vida ya estaba predeterminado por alguien con “más experiencia” que tú.




El ritmo de cada día continúa igual. Te sigues levantando por la mañana difícilmente porque el peso de las cobijas sobre ti se hace mayor cuanto más temprano marca el reloj. Sabes que tienes que ir a estudiar y los otros compromisos que se acumularon desde la semana pasada. Desayunas algo, si tienes tiempo, y sales a la rutina de todos los días. 

No digo que todos los días hagas lo mismo porque no es verdad pero tu rutina, hasta cierto tiempo, nunca cambiará.


Si pienso demasiado en el futuro, en la muerte, en lo que pueden decir de ti en tu funeral si murieras por ejemplo, hoy, es porque es en esas palabras en donde quedas y en donde queda todo lo que hayas hecho o lo que hayas sido en esta tierra.

Y lo que determina y si no, al menos marca a esa persona que vas a ser o ya eres, es la educación que recibes y de las cosas que te marcaron desde que tienes uso de razón. Te van diciendo qué tienes que hacer o tus padres lo deciden por ti y en ese momento estuvo bien pero creciste y seguiste los pasos que alguien trazó por ti pensando que eran para él.

El marco de la educación no sólo en este país sino en el mundo entero sigue la misma línea de hace 30 o 70 o 150 años. Lo que nos dicen es que nos están preparando para el futuro y lo que no, es que lo hacen de la misma manera en la que educaron a nuestros padres, abuelos, bisabuelos y lo que vaya antes de eso.

El futuro para el que esa educación funcionó murió hace años. Y sí, el sistema tiene gran culpa del desastre en el que han convertido a las personas que “viven” dentro de nosotros pero no la tienen toda. La otra parte la tienes tú. ¿Cómo puede ser? Ya sé que está largo pero sigue leyendo y lo entenderás.

Nos encajaron en el sistema y ahora lo somos.


Nos creímos todo lo que nos dijeron y nos siguen diciendo. Nos dibujan el mundo de hace medio siglo y nos sigue pareciendo hermoso cuando en realidad todo es mentira. Yo no tengo la cantidad de años suficiente como para realmente describirte el mundo hoy pero algo he visto. Y estoy segura de que lo que he visto no se parecía en nada al mundo que me imaginaba. Ya ser adulta no me emociona como cuando tenía 6 años. Así. Igualito.

Mi punto hoy no es ponerme a debatir sobre la educación y sus muchas falencias pero lamentablemente de lo que quiero hablar hoy empieza en el aula de clases.


Nos dejamos intimidar y nuestras ideas se fueron al piso.
Desde el momento en que hiciste las cosas diferentes a como el profesor te pidió que las hicieras tu creatividad empezó su declive. Y si eso fue en el jardín no quiero ni imaginarme cuántas veces a la fecha la has extrañado. Porque sí, se fue. Se te escapó de las manos cuando todavía no eras consciente de que lo que poseías tenía el poder de cambiar tu vida para siempre.

En cambio y sin mucho que hacer, decidieron que debíamos seguir el sistema, y no es que esté del todo mal, no es que le estemos echando la culpa a nuestros padres por habernos puesto en el mejor colegio y luego en la mejor universidad y en todo lo mejor que ellos creyeron para nosotros.

El futuro del que les hablaban en ese entonces era el de tener muchos títulos y ser exitoso y tener dinero para casa y carro y los viajes… Y era eso lo que querían para ellos. Y era eso lo que querían para nosotros.

Y no. No está mal.


Necesitaste ir a un colegio a aprender a sumar y restar y las capitales del mundo y la tabla periódica. Sobre ese tiempo ya no puedes hacer nada. Pero cuán diferente hubiera sido si en cambio de las leyes de la física nos hubieran enseñado por ejemplo, a hablar. A comunicarnos. El mundo ha cambiado tan rápido que hoy no dependemos de un currículum sino de las relaciones que estemos en la capacidad de construir.

Nos enseñaron a repetir palabras y no a expresar las ideas en las que creemos. Y las sepultaron. Las olvidamos.


Nosotros muy cómodos nos quedamos ahí, quietos, sin hacer nada. Nos aprendimos de memoria lo que nos dijeron y no nos dimos a la tarea de mirar más allá. De indagar o si quiera de cuestionarnos a nosotros mismos. No buscamos, no sabemos y decimos vivir cuando lo hacemos muy poco. Lo que hacemos es seguir al que va delante sin molestarnos en levantar la cabeza y en vez de eso, preocuparnos porque “llegó el viernes y no tengo aún ningún plan”.

¿Qué hacer entonces? ¿Y qué no?

Ahora necesitamos personas. Gente que piense de manera creativa, que sea innovadora, crítica e independiente y que tenga la habilidad para conectar. Para conectar personas. Para conectar ideas. Para conectar conceptos y ser capaz de crear algo nuevo. A esa educación es a la que me refiero. De la que sirve para la vida. Que te enseña y que ahorra si no muchos errores, al menos mucho tiempo.


Déjame creer que si estás leyendo esto es porque de alguna manera no soy la única que va por el lado contrario. Sé que muchas veces no te conformas con lo que te ofrece este mundo pero ¿dónde buscar algo más?

Claro que no puedo hacer nada con respecto a tu educación formal y al tiempo invertido en ella pero quiero creer que puedo ayudarte con esa educación para la vida de la que nadie te contó. Con esto no quiero decir que no vayas a cometer errores porque créeme que lo vas a hacer y que también te vas a arrepentir de ellos. Yo sólo quiero sacar a esa persona dentro de ti que pensaste que ya no existía y ponerla a vivir en armonía contigo. Que no te olvides que por encima de todo eres humano, eres alguien con sentimientos, con sueños diferentes a los de los demás, con fortalezas y con debilidades, con pasiones y con gustos raros que sólo tú entiendes. Por eso es por lo que voy.

Durante una serie de posts (o artículos como los llama la gente que me conoce) a la que "originalmente he decidido llamar "La Escuela de la Vida", voy a hacer mi mejor intento para enseñarte acerca de esta educación para la vida o como la llamo yo (y otros de los que después de enterarás) 

Educación Sentimental.

Educación sentimental es la que te hace ser persona. La que resalta por encima de los animales porque no, no es solamente la capacidad de razonar en donde radica la diferencia. Son los discos, las palabras, las personas, los libros, las canciones, los amores, todo aquello que te hace ser quien eres en realidad.

Todo esto resumido en una gran palabra “experiencias”.

Te voy a contar desde mi experiencia personal (porque ¿desde cuál más?) combinada con las palabras o las letras de muchos otros que me han acompañado a través de los años, lo que vale y debería importarte más que lo que te ofrece un título. Se aplica a absolutamente todos los ámbitos de tu vida porque precisamente se trata de ti. De lo que hay dentro y de lo que te hace ser. 

Desde que tengo memoria nunca me ha interesado lo superficial. Lo que se ve a simple vista. Eso lo tiene todo el mundo o al menos lo finge. Yo quiero que descubras a ese extraño que te ve todos los días en el espejo.


Espero que te haya logrado contagiar de la emoción que me produce lanzar esta serie y espero que le puedas sacar el mayor provecho.


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